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La delegación en pymes y microempresas

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Una persona no lo puede hacer todo porque es imposible que avance. Le faltaría tiempo, no aprendería nada nuevo… se quedaría estancada.

El síndrome del hombre-orquesta

Hay miles de negocios que están regentados únicamente por una persona –en la mayoría de los casos, el dueño-, por lo tanto, es el empresario o emprendedor el que realiza todas las tareas. Imaginemos una pequeña floristería. El dueño realiza la limpieza de la tienda, atiende a los clientes física y telefónicamente, realiza los arreglos florales, es la persona encargada de comprar las flores y el material que necesita, hace los repartos, lleva la contabilidad… Todo pasa por sus manos. Si delegase una parte de sus funciones, por ejemplo, la del reparto, podría disponer de más tiempo para aceptar y confeccionar más pedidos, podría hacer más número de repartos y a zonas más lejanas… con lo que su negocio crecería.

A la persona que realiza multitareas, es a lo que nos referimos con el síndrome de hombre-orquesta. Es cierto que a muchos emprendedores cuando inician un negocio no les queda más remedio que realizar todas las funciones. Una vez que ese negocio va captando clientes y creciendo es el momento de que se plantee qué funciones debe delegar para que su negocio siga creciendo.

Los pequeños negocios se basan en tres tipos de excusas para no delegar parte de sus funciones:

  • Dinero: “No puedo pagar a otra persona para que haga esa labor por mí”.
  • Tiempo: “No tengo tiempo para capacitar a alguien, tardo yo menos en hacerlo”.
  • Calidad: “Nadie puede hacer esa labor tan bien como yo”.

Excepto el primer punto (el dinero), las otras dos son fáciles de resolver. Formar a una persona lleva tiempo, pero una vez que le has enseñado ya te ahorras el tiempo que después vas a dedicar a esa tarea.

Y, en cuanto a la calidad, no estés tan seguro de que nadie lo puede hacer tan bien como tú. Muchas personas están motivadas y comprometidas con el trabajo que te resistes a delegar.

En las pequeñas empresas se puede y debe delegar:

  • Asuntos rutinarios de menor transcendencia.
  • Aquellos trabajos que puedan poner a prueba la capacidad y experiencia del delegado.
  • Aquellos trabajos en los que el delegado está especializado o que puede desarrollar óptimamente.

Sin embargo, no deben delegar:

  • Todo su trabajo. Siempre debe, por lo menos, supervisar su negocio.
  • Aquellos asuntos que por su transcendencia o gravedad precisen la toma de decisiones correctas.
  • Aquellos temas que puedan tener ciertas repercusiones para la vida de la empresa y su continuidad.

Ventajas de la delegación para el emprendedor:

  • Ahorra tiempo y gestión.
  • Potencia las capacidades gerenciales en su personal clave.
  • Reduce costes de la empresa, ya que el directivo puede dedicarse a otras funciones.

Ventajas de la delegación para el empleado:

  • Incrementa la participación.
  • Estimula la iniciativa.
  • Motivación por la confianza depositada en él/ella.
  • Permite que se involucre en otras áreas de la empresa.
  • Adquieren mayor compromiso.
  • Se refuerza el sentido de pertenencia a la organización.

El consejo de Jai Van Andel

Rich De Vos y Jai Van Andel, fundadores de numerosos negocios, entre otros del gigante Amway Corporation, tenían una idea clara para avanzar: Delegar. Van Andel es autor del libro “Una vida emprendedora” y se dedicó también a dar conferencias. En ellas decía que para mantenerse a la delantera del negocio y que continuase con su crecimiento, tenían que delegar. Más o menos decía que una persona aprende ciertas habilidades, se las enseña a otro para que le reemplace y así sucesivamente. Una persona no lo puede hacer todo porque es imposible que avance (le faltaría tiempo, no aprendería nada nuevo… se quedaría estancada).

Existen muchas habilidades en el mundo empresarial que se deben de aprender y que se pueden adquirir y, puedes hacerlo, con los programas de posgrado de Spain BS, la escuela especializada en Digital Business con más reconocimientos en los últimos años.