Noticias Centros formativos

José Manuel Pandelo representa el perfil del profesional que no teme al cambio

José Manuel Pandelo Pimentel es uno de esos perfiles que ilustran cómo la transformación profesional es posible cuando se combina formación, visión y determinación. Abogado de origen, descubrió en la ciencia de datos su nuevo terreno de juego. Tras completar el Máster en Digital Business en Spain Business School y dejar huella en IMDEA Networks como investigador, ahora da el salto a Indra como AI Engineer, dentro del ambicioso proyecto IndraMind, centrado en sistemas críticos y edge computing. Una trayectoria que demuestra que reinventarse no es solo una opción, sino una apuesta estratégica de futuro.

Licenciado en Derecho, ¿qué te llevó a cambiar por completo de rumbo hacia la ciencia de datos? ¿Una curiosidad creciente por los datos durante tus estudios legales?, ¿quizás aplicando análisis para entender fallos o jurisprudencia, fue lo que generó una chispa?

José Manuel Pandelo: Fue una mezcla entre necesidad y curiosidad. Siempre me ha incomodado quedarme con respuestas vagas; desde la carrera me atraían el análisis económico, la heurística y los datos. De hecho, mi trabajo final de grado trató sobre cómo usar métodos heurísticos para calcular indemnizaciones en propiedad industrial.

Al llegar a España, vi que ejercer Derecho aquí implicaba años de homologaciones y estudios. Necesitaba un cambio rápido y práctico. Justo entonces, asistí a un evento de tecnología donde hablaba una amiga de mi padre, coordinadora de Women International in Machine Learning & Data Science. Ahí vi claro que los datos podían ser ese nuevo camino que estaba buscando.

¿Cómo influyó tu background (Derecho + Data + Digital Business) para conseguir tu puesto en IMDEA? ¿Qué tareas desarrollabas?

JMP – Honestamente, y así me lo dijo mi jefe, lo que más influyó fueron mis soft skills. Mi determinación y las ganas de aprender pesaron mucho en la decisión final. Venía de un perfil atípico, un jurista reconvertido al mundo digital, algo que en otros procesos jugaba en mi contra. Pero aquí valoraron justo lo contrario: actitud, curiosidad y capacidad de adaptación.

En IMDEA he hecho un poco de todo: desde bases de datos, análisis y estructuración de datos, web scraping, IA y machine learning, hasta despliegues, pruebas de concepto, diseño de infraestructuras, microservicios, buenas prácticas de desarrollo e incluso gestión de equipos. Ha sido una experiencia muy completa.

Tu etapa en IMDEA acaba de finalizar, ¿qué te llevas de esta etapa?

JMP – Más allá de la experiencia profesional, me llevo amigos, mucho aprendizaje técnico y, sobre todo, cultural. IMDEA es un entorno único, con personas de más de 28 nacionalidades trabajando juntas, y eso te marca. También descubrí un gran respeto por la investigación y la academia, gracias al trabajo codo a codo con los investigadores.

Pero si hay algo que me llevo por encima de todo es haber encontrado un segundo hogar. Aún me cuesta asimilar que esta etapa termina, pero me voy con la tranquilidad de haberlo dado todo y con la alegría de saber que siempre tendré las puertas abiertas allí.

Aunque había días en los que el cansancio físico pesaba, mentalmente siempre tenía ganas de volver al laboratorio. Eso lo dice todo.

Solo tengo palabras de agradecimiento para Ramón Girona, que fue mucho más que un jefe: fue un mentor. Siempre llevaré conmigo sus enseñanzas e intentaré aplicarlas allá donde vaya.

Y ahora, ¿hacia dónde se dirige tu próximo destino?

JMP – Ahora me incorporó a Indra como AI Engineer, dentro del proyecto IndraMind, enfocado en sistemas críticos y edge computing. Buscaban un perfil transversal, capaz de aportar en la parte más estratégica y delicada de los servicios que van a ofrecer.

Para mí es un reto, pero también una evolución natural de lo que hacía en IMDEA: llevar ese trabajo a una escala mucho mayor. Sé que tendré menos libertad creativa, pero es un desafío que me motiva. Cambia el entorno, pero la esencia es la misma: aportar valor, devolver la confianza con resultados y seguir creciendo, ahora en la principal empresa tecnológica de España.

Y, siendo sincero, aunque ahora pasaré bastante tiempo teletrabajando, espero poder encontrar también esa sensación de implicación diaria que viví en IMDEA, donde, a pesar del cansancio físico, siempre tenía ganas de volver a la oficina.

En esta hoja de ruta que estás realizando, ¿cómo ha influido en Máster en Digital Business que has estudiado con Spain Business School?

JMP – El máster ha sido clave, sobre todo para desarrollar competencias estratégicas. Me ha ayudado a entender mejor el lenguaje de negocio y a comunicarme con perfiles muy distintos, algo fundamental en cualquier proyecto.

Al final, de poco sirve ofrecer una tecnología muy avanzada si no sabes cómo alinearla con los objetivos de negocio. Y tampoco sirve entender bien el negocio si acabas generando una deuda técnica imposible de sostener.
El máster en digital business me ha aportado precisamente eso: visión, equilibrio y la capacidad de moverme con soltura entre lo técnico y lo estratégico, algo que hoy en día marca la diferencia.

Dado que ya tenías claro que querías tecnificar tu perfil, ¿hubo algún momento durante el máster en el que te replantearas el enfoque? ¿Algún módulo o contenido que te hiciera afinar mejor lo que realmente querías aportar como profesional?

JMP – Sí, y me alegro de que lo preguntéis. Entré al máster buscando complementar mi perfil con herramientas técnicas tipo Google Analytics. Pero fue durante los módulos de marketing cuando entendí que el negocio importa más de lo que uno suele admitir al principio. Me di cuenta de que, incluso con un stack técnico modesto, si sabes qué problema estás resolviendo y para quién, puedes aportar muchísimo valor.

También destaco los módulos de comunicación y dirección. Ahí encontré el plus que me faltaba para articular mejor las ideas ante stakeholders diversos. Aprendí a traducir entre lo técnico y lo estratégico, y eso ha sido clave en mi día a día. Al final, más que cambiar de rumbo, afiné el enfoque: no se trata solo de saber programar, sino de saber comunicar, priorizar y ejecutar con impacto.

¿Qué consejo darías a alguien con un perfil humanístico que quiere reconducir su carrera hacia ciencia de datos y negocio digital?

JMP –Lo primero que le diría es que mantenga la mente abierta y tenga mucha paciencia. Y, siendo totalmente sincero, este camino no es para todo el mundo. Requiere sacrificio.

Yo dedico muchas horas a seguir formándome, y, aun así, tengo áreas en las que quiero mejorar. Si alguien con un perfil humanístico quiere reconducir su carrera hacia la ciencia de datos y el negocio digital, debe tener claro que no es un cambio inmediato. Hay que invertir mucho tiempo, asumir que habrá momentos de frustración y estar dispuesto a aprender constantemente para poder realmente destacar.

Tienes un perfil profesional de vanguardia: Big Data, Inteligencia Artificial… ¿qué va a ser lo próximo que veamos en el mercado profesional que marque tendencia?

JMP – El hype sigue marcando gran parte del mercado. Se invierte en tecnologías sin validar casos de uso, se contratan perfiles por moda y se finge impacto donde apenas hay prototipos. Pero eso no va a durar. Cuando las cuentas empiecen a penalizar el humo, solo quedará lo que realmente aporte rendimiento.

Por eso creo que los perfiles que marcarán la diferencia serán los MLOps o AI Engineers con visión de sistema, que no solo vengan a hacerte un prompt bonito, sino que sepan desplegar, mantener, auditar y escalar modelos en entornos reales. Hoy ya no basta con entrenar: hay que operar.

Y eso implica entender muy bien la infraestructura cloud: contenedores, servicios serverless, arquitecturas híbridas… La infraestructura ya no es un rol de soporte, es parte del núcleo técnico que define si algo escala o no.

Comentarios del Artículo