Podemos definir las energías renovables como aquellas fuentes de energías naturales que tienen la capacidad de regenerarse. Además, ofrecen una mejora medioambiental, así como un desarrollo sostenible ya que permiten mantener los recursos del planeta.
En la clasificación de estas podemos encontrar dos tipos, las limpias, que no contaminan (como el sol, el viento, los ríos y océanos) y las que sí lo hacen (como la biomasa). Las más destacables son:
- Energía hidráulica: se produce por la caída del agua. Se lleva a cabo principalmente en embalses usando el agua para generar energía mediante un alternador que la transforma en electricidad.
- Energía eólica: se produce por el viento. Se lleva a cabo a través de aerogeneradores o molinos de viento que utilizan las corrientes de aire para transformarlas en electricidad.
- Energía solar: se produce por el sol. Se puede obtener a través de diferentes formas como la térmica o la fotovoltaica utilizando las radiaciones, la luz, el calor o los rayos ultravioletas provenientes del sol.
- Energía mareomotriz: se produce por las corrientes marinas o por el movimiento de las mareas. Si la energía se produce por las olas es undimotriz, pero si se produce por las diferencias de temperaturas es maremotérmica.
- Biomasa: se produce por el uso de materia orgánica. Se pueden utilizar materias de procedencia animal, vegetal o agroindustrial.
Entendida esta clasificación analicemos en qué situación nos encontramos actualmente. Es innegable que estamos sufriendo una crisis climática y que cada vez hay mayor concienciación medioambiental por parte de los ciudadanos, por lo que hay una mayor exigencia por la utilización de energías renovables.
Teniendo este en cuenta, es de esperar que el mercado actual demande profesionales que puedan hacer crecer este sector y que lideren la transformación energética. Si es tu caso, te recomendamos que te especialices con este Máster Online en Energías Renovables.
